PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN ANTI-COVID PARA LAS CELEBRACIONES EN EL TEMPLO PARROQUIAL EN NIVEL 3 DE ALERTA
Parroquia de N.S. del Perpetuo Socorro –Badajoz-
Noviembre 2020
Con el acuerdo unánime de los sacerdotes, y la aprobación igualmente unánime del Consejo de Pastoral Parroquial, volvemos a hacer públicos los criterios de actuación anti-covid en las celebraciones dentro del Templo. Gracias por vuestra comprensión y colaboración.
1.- Quienes, después de discernir sobre su estado de salud, o el riesgo que puedan correr, o hacer correr a otros, decidan participar in situ en la celebración, han de llegar al Templo con tiempo de antelación suficiente para acomodarse; evitar llegar una vez comenzada la misma. Una de las Eucaristías dominicales se seguirá retransmitiendo vía Facebook, y se han abierto canales para la aportación económica de aquellos que no puedan asistir físicamente (BIZUM, código parroquial de destinatario 01122). Así mismo, acordando cita con los sacerdotes y los miembros de la Pastoral de la Salud, se puede llevar la comunión a los hogares, de modo muy extraordinario y bajo estrictas medidas sanitarias y un protocolo establecido.
2.- Desinfectar las manos con el gel dispuesto a la entrada, o el que cada uno lleve.
3.- Ir ocupando los bancos desde la parte delantera hacia atrás, y desde los centrales a los laterales: así conseguiremos evitar posibles aglomeraciones en las puertas, así como que los últimos que lleguen se queden de pie, habiendo sitios libres. El aforo actual de 110 personas sentadas (cada lugar está indicado con la pegatina TU SITIO).
4.- Usar en todo momento mascarilla.
5.- Recomendamos mantener el reclinatorio delantero plegado, procurando el mínimo contacto posible con el banco.
6.- Se suprime el saludo de paz: se mantiene la inclinación de cabeza.
7.- Mantener la comunión en la mano y en el lugar que se ocupa: quien desee comulgar permanecerá de pie y el sacerdote, o los ministros de la comunión, se desplazarán hasta él: evitamos así el movimiento de las personas dentro del Templo.
No se prohíbe “el derecho” a recibir la comunión en la boca, pero sí se limita su ejercicio entre nosotros, mientras dure la pandemia, atendiendo al bien común y poniendo de manifiesto nuestros “deberes” como cristianos y ciudadanos libres y maduros en estas circunstancias. Desde la sensatez, explicamos estas consideraciones formales (no espirituales):
* Comulgando en la boca no se mantiene la distancia de seguridad entre personas; con el riesgo añadido de que una no lleva puesta la mascarilla.
* Es una práctica de alto riesgo de contagio tanto para quien la recibe, como para quien la da.
* Resulta inadecuada y no conforme ante las recomendaciones y normativas vigentes, ni al sentido de las mismas, que responden a la situación real de la pandemia.
* Mantenemos el criterio que se nos ofreció desde el mismo Episcopado español en el inicio de la pandemia: comulgar en la mano. La situación no sólo no ha variado desde marzo, sino que puede ser considerada más preocupante.
* Consideramos que comulgar en la mano, y en el mismo sitio que uno ocupa en el templo, es más higiénico y seguro para todos, y va concorde a las prácticas y normativas que toda la sociedad ha de cumplir hoy por hoy.
* Además, ejercemos la unidad de acción, así como con los demás gestos litúrgicos (oraciones de pie, escucha de la palabra sentados, la paz con una inclinación de cabeza, etc).
* En ningún caso juzgamos la consideración espiritual da cada cual para recibir la Sagrada Comunión, pues ésta está por encima de la forma en que se reciba (en la boca o en la mano): pensemos que es una disposición del espíritu y del cuerpo a acoger al Señor, lo único y más importante; y que no añade nada, pero tampoco quita, el hecho de recibirla en la mano.
8.- Por el momento, se mantiene la realización de la colecta al finalizar la celebración, a la salida del Templo, abriendo además las puertas centrales para facilitar el desalojo y evitar aglomeraciones: se ruega llevar preparada la cantidad, y salir directamente, así como evitar corrillos posteriores en las aceras, cercanos a las puertas.
9.- En el lampadario habrá siempre una velilla encendida en un cenicero para encender de ella las que el oferente desee, y las deposite ya encendidas en los vasos. Pretendemos evitar la manipulación masiva de la caja de cerillas.
10.- Por último, recomendamos leer y actuar según estos criterios desde la sensatez que encierran, no tanto por estar de acuerdo con ellos, o desatenderlos por no estarlo. Se pueden hacer las cosas de muchos modos, pero hemos acordado hacerlas así por el momento, y así hemos de respetarlas…. hasta que la situación cambie, que esperamos sea para bien y pronto, y recuperemos “las prácticas y costumbres anteriores” (aunque es verdad que podemos aprender cosas nuevas y mejores en la presente situación, de cara a la participación en las celebraciones).